Gen Verde en Talavera

Gen Verde en Talavera
Gen Verde

sábado, 10 de abril de 2010

Gen Verde: «Nos llevamos más de lo que hemos dado»

CONCIERTO EN TALAVERA
Gen Verde: «Nos llevamos más de lo que hemos dado»
Talavera de la Reina nos acogió durante la última gira de 2007. Exactamente hace un año se había empezado a hablar de nuestra vuelta. Podía haber una etapa en Toledo, pero por diversas circunstancias resultaba imposible. «El hombre propone y Dios dispone... ¡Y dispone bien!», afirma don Felipe García, vicario episcopal que se ha encargado de la organización. Se cierra una puerta, pero se abre otra: una semana entera en Talavera con varios compromisos. Y sobre todo un objetivo para el espectáculo: contribuir con la obra social para discapacitados y sus familias de la Fundación Madre de la Esperanza.
La mañana del día 18 estamos encantadas de ir a la Fundación donde, junto a los trabajadores, nos esperan un centenar de discapacitados de diversas edades. Cantamos para ellos, bailamos y les contamos cosas sobre nuestra vida. Con las manos y los pies hacemos juntos el ritmo de una canción brasileña. Luego ellos nos llevan al taller donde hacen tapices y otros objetos de adorno. Entendemos profundamente a la directora, sor María Jesús, cuando nos confía que no cambiaría su trabajo por ningún otro en el mundo. Respirar sus sufrimientos y tratar de compartirlos restablece un equilibrio interior: de valores, de intenciones, de actitudes. Nos llevamos mucho más de lo que habíamos dado. Esa misma mañana, el alcalde nos espera en el ayuntamiento para la bienvenida oficial con los medios de comunicación. Difícil respetar el protocolo: nosotras no somos expertas, pero también don José Francisco Rivas rompe los esquemas y ¡nos pide que cantemos! Talavera está hermanada con la ciudad italiana de Faenza. El motivo: una antigua tradición artesanal, la cerámica. En nuestro saludo le decimos que querríamos ser como un “azulejo de cerámica” que se engarza en la historia de la ciudad con la imagen impresa de un mundo distinto, más unido. Día tras día los diferentes compromisos nos ponen en contacto con otras muchas personas: estudiantes de ESO y Bachillerato, en el salón de actos de los Maristas, que no paran de preguntar. 700 personas presentes en la misa del miércoles de Ceniza en la Basílica del Prado. Ningún día falta una entrevista de radio para distintas emisoras. No sabemos cuántas personas pueden venir; hasta el momento las ventas son inferiores a las expectativas. Mientras nos preparamos en los camerinos el sonido del público es más bien alto, teniendo en cuenta las dimensiones del Ferial. A las 8 de la tarde platea y gradas están repletos: 1500 personas. Han venido de varias ciudades: Madrid, Toledo, Ávila y desde más lejos: Badajoz. Al final del concierto suben al escenario los chicos de la Fundación, cada uno con una flor para cada una de nosotras. Uno de ellos con el micrófono, en nombre de todos, nos da las gracias. Es un momento de una conmoción profunda que ninguna palabra es capaz de expresar. Nos sentimos felices si el espectáculo ha servido para invitar a muchos a comprometerse concretamente con esta obra social.
El resumen de todo lo que hemos vivido en Talavera está recogido en la expresión de una chica de 13 años: «Ha sido una caricia de Dios que ha pasado por aquí trayendo alegría, unidad y paz».

CRÓNICA IGLESIA EN TOLEGen Verde: «Nos llevamos más de lo que hemos dado»DO

CONCIERTO EN TALAVERA

Gen Verde: «Nos llevamos más de lo que hemos dado»

Talavera de la Reina nos acogió durante la última gira de 2007. Exactamente hace un año se había empezado a hablar de nuestra vuelta. Podía haber una etapa en Toledo, pero por diversas circunstancias resultaba imposible. «El hombre propone y Dios dispone... ¡Y dispone bien!», afirma don Felipe García, vicario episcopal que se ha encargado de la organización. Se cierra una puerta, pero se abre otra: una semana entera en Talavera con varios compromisos. Y sobre todo un objetivo para el espectáculo: contribuir con la obra social para discapacitados y sus familias de la Fundación Madre de la Esperanza.

La mañana del día 18 estamos encantadas de ir a la Fundación donde, junto a los trabajadores, nos esperan un centenar de discapacitados de diversas edades. Cantamos para ellos, bailamos y les contamos cosas sobre nuestra vida. Con las manos y los pies hacemos juntos el ritmo de una canción brasileña. Luego ellos nos llevan al taller donde hacen tapices y otros objetos de adorno. Entendemos profundamente a la directora, sor María Jesús, cuando nos confía que no cambiaría su trabajo por ningún otro en el mundo. Respirar sus sufrimientos y tratar de compartirlos restablece un equilibrio interior: de valores, de intenciones, de actitudes. Nos llevamos mucho más de lo que habíamos dado. Esa misma mañana, el alcalde nos espera en el ayuntamiento para la bienvenida oficial con los medios de comunicación. Difícil respetar el protocolo: nosotras no somos expertas, pero también don José Francisco Rivas rompe los esquemas y ¡nos pide que cantemos! Talavera está hermanada con la ciudad italiana de Faenza. El motivo: una antigua tradición artesanal, la cerámica. En nuestro saludo le decimos que querríamos ser como un “azulejo de cerámica” que se engarza en la historia de la ciudad con la imagen impresa de un mundo distinto, más unido. Día tras día los diferentes compromisos nos ponen en contacto con otras muchas personas: estudiantes de ESO y Bachillerato, en el salón de actos de los Maristas, que no paran de preguntar. 700 personas presentes en la misa del miércoles de Ceniza en la Basílica del Prado. Ningún día falta una entrevista de radio para distintas emisoras. No sabemos cuántas personas pueden venir; hasta el momento las ventas son inferiores a las expectativas. Mientras nos preparamos en los camerinos el sonido del público es más bien alto, teniendo en cuenta las dimensiones del Ferial. A las 8 de la tarde platea y gradas están repletos: 1500 personas. Han venido de varias ciudades: Madrid, Toledo, Ávila y desde más lejos: Badajoz. Al final del concierto suben al escenario los chicos de la Fundación, cada uno con una flor para cada una de nosotras. Uno de ellos con el micrófono, en nombre de todos, nos da las gracias. Es un momento de una conmoción profunda que ninguna palabra es capaz de expresar. Nos sentimos felices si el espectáculo ha servido para invitar a muchos a comprometerse concretamente con esta obra social.

El resumen de todo lo que hemos vivido en Talavera está recogido en la expresión de una chica de 13 años: «Ha sido una caricia de Dios que ha pasado por aquí trayendo alegría, unidad y paz».

domingo, 28 de febrero de 2010

El Gen Verde en España


Copiado del blog de Manuel Mª Brú:


Tras haber llenado el teatro Gayarre de Pamplona y el Recinto Ferial de Talavera de la Reina, el Conjunto Musical Gen Verde continúa su periplo español con un gran concierto mañana en el Teatro Municipal de Jaén. Si existe un ejemplo de lo que Juan Pablo II llamó “nueva evangelización”, en sus métodos, en su ardor, y en sus expresiones, al menos a través del lenguaje artístico, ese es el del Gen Verde, grupo musical internacional formado por 24 mujeres de 14 nacionalidades, con muchísimo que decir y dar, con la sonoridad de sus diferentes países de origen y la originalidad de sus diversas culturas.El Gen Verde, con sede en Florencia, en la ciudadela internacional de Loppiano, del Movimiento de los Focolares, se formó en 1966, cuando un grupo de chicas recibieron como regalo de su fundadora, Chiara Lubich una batería verde. Así, con el color de su primera batería junto a la sigla “Gen” –generación nueva- trabajan, desde el ámbito artístico, en la realización de la unidad entre hombres y pueblos en un proyecto de “fraternidad universal”. Con una experiencia de más de 40 años en el mundo del espectáculo, con más de 130 integrantes a lo largo de este periodo, con 1300 espectáculos para millones de espectadores en todo el mundo, y con manifestaciones ante el Parlamento Europeo o la sede de las Naciones Unidas, el Gen Verde, como el Gen Rosso, han sobrepasado con creces los límites de los ámbitos intra-eclesiales para llevar la Buena Noticia de Dios-Amor al mundo de la música de máxima calidad, al mundo del espectáculo más exigente, y al mundo de los jóvenes, principales destinatarios por los estilos musicales primordialmente utilizados.Pero aún hay una característica típica de este conjunto musical cristiano, y es que además de en teatros y estadios, el Gen Verde actúa muy a menudo en cárceles, escuelas, hospitales, o residencias de ancianos. Es más, como en el magnífico concierto del pasado sábado en Talavera, el Gen Verde actúa generalmente a favor de obras sociales, como en este caso fue a favor de la Fundación Madre de la Esperanza, de atención de niños y jóvenes con discapacidad mental. Un espectáculo de máxima calidad, que empapa el corazón de alegría y de esperanza, ante miles de personas, no pudo terminar mejor que con una treintena de estos discapacitados abrazando a las mujeres del Gen Verde, y entregándoles una flor, mostrando que lo importante en la vida es poder compartir lo mejor que cada uno tiene, y saber que siempre esto es un dar y recibir desde la gratuidad y la confianza.

sábado, 27 de febrero de 2010

Reseña de la noticia en la Voz del Tajo


Musica solidaria adaptada a los nuevos tiempos, por Gen Verde.

El Auditorio de Talavera Ferial presentó un aspecto absolutamente abarrotado debido a la convocatoria del grupo Gen Verde, que ofreció el pasado sábado su espectáculo ‘Rapsodia’ ante casi 1.500 personas.

Algo muy especial se escuchó en cada una de las canciones que el grupo ofreció a un público muy agradecido, unas letras que evocaban en cada una de sus estrofas a la solidaridad, a la integración plena de todas las personas en la sociedad, al reconocimiento de la dignidad y de los derechos fundamentales. Con ‘Rapsodia’, el conjunto (formado por 24 mujeres de 14 nacionalidades) puso sobre las tablas el más puro musical, con canciones, coreografías, danzas, recitales y mucha interpretación en cada una de sus intervenciones. Y lo más llamativo, hasta en nueve idiomas diferentes.
Otra sensación que dejaron todas estas mujeres fue el carácter de autosuficiencia que mantienen en su grupo, ya que no sólo se encargan de tocar los instrumentos y poner voz a las canciones e interpretaciones, sino que además bailan, recitan, componen, se encargan de la luz, el sonido, la escenografía, el montaje y el traslado de uno a otro destino. Gen Verde ha visitado ya más de una veintena de países y, a todos ellos, han llevado el mensaje de multiculturalidad y de principios humanos.
Como hace en cada una de sus actuaciones, Gen Verde destinó los fondos recaudados en taquilla con carácter benéfico. En esta ocasión el beneficiario fue la Fundación ‘Madre de la Esperanza’ de Talavera, institución que trabaja por el desarrollo integral de las personas con discapacidad. Esta iniciativa, que nació en 1973, se originó de manos de la Archidiócesis de Toledo y cuenta actualmente con 113 profesionales y más de trescientos usuarios. Para cubrir las demandas físicas y psíquicas de todo el alumnado, la Fundación cuenta con servicios de Atención Temprana, Centro Concertado de Educación Especial, Centro Ocupacional, Centro ‘Louis Braille’, Centro Especial de Empleo, Residencia Escolar, cuatro viviendas tuteladas, servicio de ocio y tiempo libre, entre otros.

El momento más emotivo se vivió cuando cada una de las integrantes del grupo recibió una rosa roja de manos de los usuarios de ‘Madre de la Esperanza’ en agradecimiento por su contribución a la mejora de su institución tanto material como humanamente.

la voz del tajo de Talavera y su reseña


Música solidaria adaptada a los nuevos tiempos, por Gen Verde
Escrito por Redacción jueves, 25 de febrero de 2010

El Auditorio de Talavera Ferial presentó un aspecto absolutamente abarrotado debido a la convocatoria del grupo Gen Verde, que ofreció el pasado sábado su espectáculo ‘Rapsodia’ ante casi 1.500 personas

Algo muy especial se escuchó en cada una de las canciones que el grupo ofreció a un público muy agradecido, unas letras que evocaban en cada una de sus estrofas a la solidaridad, a la integración plena de todas las personas en la sociedad, al reconocimiento de la dignidad y de los derechos fundamentales. Con ‘Rapsodia’, el conjunto (formado por 24 mujeres de 14 nacionalidades) puso sobre las tablas el más puro musical, con canciones, coreografías, danzas, recitales y mucha interpretación en cada una de sus intervenciones. Y lo más llamativo, hasta en nueve idiomas diferentes.


Otra sensación que dejaron todas estas mujeres fue el carácter de autosuficiencia que mantienen en su grupo, ya que no sólo se encargan de tocar los instrumentos y poner voz a las canciones e interpretaciones, sino que además bailan, recitan, componen, se encargan de la luz, el sonido, la escenografía, el montaje y el traslado de uno a otro destino. Gen Verde ha visitado ya más de una veintena de países y, a todos ellos, han llevado el mensaje de multiculturalidad y de principios humanos.


Como hace en cada una de sus actuaciones, Gen Verde destinó los fondos recaudados en

taquilla con carácter benéfico. En esta ocasión el beneficiario fue la Fundación ‘Madre de la Esperanza’ de Talavera, institución que trabaja por el desarrollo integral de las personas con discapacidad. Esta iniciativa, que nació en 1973, se originó de manos de la Archidiócesis de Toledo y cuenta actualmente con 113 profesionales y más de trescientos usuarios. Para cubrir las demandas físicas y psíquicas de todo el alumnado, la Fundación cuenta con servicios de Atención Temprana, Centro Concertado de Educación Especial, Centro Ocupacional, Centro ‘Louis Braille’, Centro Especial de Empleo, Residencia Escolar, cuatro viviendas tuteladas, servicio de ocio y tiempo libre, entre otros.


El momento más emotivo se vivió cuando cada una de las integrantes del grupo recibió una rosa roja de manos de los usuarios de ‘Madre de la Esperanza’ en agradecimiento por
su contribución a la mejora de su institución tanto material como humanamente.

jueves, 25 de febrero de 2010

En el Ideal de Jaén lo cuentan asi:


El Nuevo Teatro 'Infanta Leonor' registró una excelente entrada y casi llenó el auditorio

Con un auditorio prácticamente a reventar, Gen Verde representó anoche su espectáculo 'Rapsodia' en el Nuevo Teatro 'Infanta Leonor'. La propuesta demostró que había despertado la receptividad de un gran número de personas que disfrutaron con esta propuesta musical, donde los buenos sentimientos, la fraternidad y el pensar en el prójimo son los temas que hilvanan los distintos temas.
Gen Verde lo conforman 24 mujeres de 14 nacionalidades que quiere «transmitir lo que llevan dentro con la sonoridad de sus diferentes países y la originalidad de sus diversas culturas», como afirman los artífices de la propuesta. Los estilos, más que variados, desde el pop, el rock, el rap..., a la música clásica, la étnica... todos los registros musicales valen para transmitir ese mensaje fraternal. Temas interpretados en español, inglés o italiano, adornadas con coreografías, en las que el grupo de instrumentos y voces femeninas transmitían distintos mensajes.
En un momento de la actuación, una 'speaker' trasladó al público que lo que sucede en Gen Verde podría ser un ejemplo de lo que, sí se quiere, puede pasar en todo el mundo; y es que, evidentemente, el entendimiento pleno no existe, sobre todo cuando cada uno tiene una cultura, unas costumbres, por eso, el secreto, según la intérprete, «está en cada uno de un paso para buscar así un punto intermedio para el entendimiento».
Según los artífices del montaje, 'Rapsodia' es un espectáculo en el que los diferentes contrastes de la vida escriben la partitura de una música (rapsodia) donde la nota de cada hombre, pueblo y cultura es esencial para realizarla en armonía. De esta manera, y «ante las adversidades cotidianas, ante la dificultad de aceptar a quien no comparte nuestras ideas; la 'regla de oro' que traspasa culturas y religiones - 'haced a los demás lo que quisierais que os hiciesen a vosotros'- es el modelo único para superar la indiferencia recíproca y curar las heridas acogiendo al prójimo».

El periodico Ideal de Jaen, cuenta asi el espectaculo en esa ciudad.



El Nuevo Teatro 'Infanta Leonor' registró una excelente entrada y casi llenó el auditorio
Con un auditorio prácticamente a reventar, Gen Verde representó anoche su espectáculo 'Rapsodia' en el Nuevo Teatro 'Infanta Leonor'. La propuesta demostró que había despertado la receptividad de un gran número de personas que disfrutaron con esta propuesta musical, donde los buenos sentimientos, la fraternidad y el pensar en el prójimo son los temas que hilvanan los distintos temas.
Gen Verde lo conforman 24 mujeres de 14 nacionalidades que quiere «transmitir lo que llevan dentro con la sonoridad de sus diferentes países y la originalidad de sus diversas culturas», como afirman los artífices de la propuesta. Los estilos, más que variados, desde el pop, el rock, el rap..., a la música clásica, la étnica... todos los registros musicales valen para transmitir ese mensaje fraternal. Temas interpretados en español, inglés o italiano, adornadas con coreografías, en las que el grupo de instrumentos y voces femeninas transmitían distintos mensajes.
En un momento de la actuación, una 'speaker' trasladó al público que lo que sucede en Gen Verde podría ser un ejemplo de lo que, sí se quiere, puede pasar en todo el mundo; y es que, evidentemente, el entendimiento pleno no existe, sobre todo cuando cada uno tiene una cultura, unas costumbres, por eso, el secreto, según la intérprete, «está en cada uno de un paso para buscar así un punto intermedio para el entendimiento».
Según los artífices del montaje, 'Rapsodia' es un espectáculo en el que los diferentes contrastes de la vida escriben la partitura de una música (rapsodia) donde la nota de cada hombre, pueblo y cultura es esencial para realizarla en armonía. De esta manera, y «ante las adversidades cotidianas, ante la dificultad de aceptar a quien no comparte nuestras ideas; la 'regla de oro' que traspasa culturas y religiones - 'haced a los demás lo que quisierais que os hiciesen a vosotros'- es el modelo único para superar la indiferencia recíproca y curar las heridas acogiendo al prójimo».